La magia del teatro chino: los sombreros

El teatro chino tiene sus orígenes antes de la época de Esquilo y Sófocles, alcanzando su máximo desarrollo hacia finales de la Edad Media. La primera compañía documentada en China se remonta a la dinastía Tang, con el Emperador Xuanzong (712-755), quien fuera fundador del Jardín de los Perales, prácticamente exclusiva al servicio de los emperadores. El teatro chino debe su fascinación a la manera en que éste es representado.

Las obras de Teatro Tradicional Chinas suelen durar horas, en las que el público combina la atención de los actores con el té y la conversación. El teatro chino se asemeja más a la danza y a la música que al drama o el cine realista; de hecho, el director Wang Yida definió el Teatro Chino como un arte que sintetiza la actuación, acrobacia, artes marciales, bellas artes, música y poesía.

Existen más de trescientas variedades de ópera o Teatro Chino, aunque la más conocida es la Ópera de Pekín, que tomó su actual forma a mediados del siglo XIX, la cual fue especialmente popular durante toda la dinastía Qing. Los instrumentos de cuerda tradicionales del país, así como los de percusión, son los que envuelven la trama con un acompañamiento rítmico casi constante y los diálogos suelen ser textos recitados.


    LA IMPORTANCIA DE LOS TRAJES

En todo esto, los lujosísimos trajes, además del maquillaje, cumplen un papel fundamental. Son una parte imprescindible de la escenografía. Los trajes usados por los actores eran muy variados, pero solo los hombres eran los que usaban sombreros de este tipo, pues las mujeres se adornaban la cabeza con flores, cintas o joyas.

Existen tres tipos de trajes: Traje Nacional "viejo", el vestido nacional, trajes "modernos" y trajes extranjeros. Aquí os presentamos un ejemplo de Traje Nacional Viejo, que por su variedad de colores y la riqueza de sus adornos, demuestra la importancia del personaje para el público. Los sombreros se llaman también “tapas”, pues el traje entero incluye, entre otros elementos, una falda. Están realizados a base de adornos de cartón, cuero, perlas, seda, metales y bordados.

Los colores de los trajes son siempre simbólicos. El rojo representa la dignidad y la alegría, el negro está reservado para los más altos funcionarios, el amarillo es símbolo de la familia imperial, el blanco es el color habitual del luto, el rosa es el color de la alegría, el verde suele ser el color de las criadas y el azul simboliza la honestidad y la sencillez.


    EVOLUCIÓN A PARTIR DEL SIGLO XX

A principios del siglo XX, la dramaturgia China empezó a experimentar con un modelo de representación parecido al occidental. Después del movimiento del 4 de mayo de 1919, se llevaron a cabo numerosas representaciones del teatro occidental en China y los escritores chinos comenzaron a imitar su estilo. Sin embargo, como demuestra este sombrero, se mantuvo la costumbre de realizar y utilizar este tipo de accesorios y vestimentas en las representaciones.

Durante la Revolución Cultural, la mayoría de las compañías de ópera se disolvieron, los actores y autores fueron perseguidos y todas las óperas modelo aprobadas por Jiang Qing. Las representaciones al estilo occidental fueron calificadas como “dramas mortales” y como “hierbas venenosas” prohibiendo así su representación. Tras la caída de la Banda de los Cuatro en 1976, la Ópera de Pekín comenzó a recuperarse hasta convertirse en un entretenimiento popular tanto en los teatros como en la televisión.


La imaginación a la hora de realizar este tipo de elementos era completamente ilimitada, como demuestra este maravilloso sombrero de teatro chino. Representa el llamado “Dragón del bosque”, importante entidad en el teatro de la cultura China. Se emplea una suerte de papel maché, en una estructura metálica, así como madera fina, laca, pintura plateada, diferentes telas, lazos, perlas y pompones. El objeto se presenta en una peana de madera lacada para su mejor visualización. Se trata de una pieza única, de enorme carga estética.



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