Eau de Rochas, fragancia eterna

El singular frasco de Eau de Rochas es todo un clásico en el imaginario visual de grandes marcas de perfumaría en el pasado siglo que sigue siendo un emblema dentro la finísima marca francesa Rochas. El diseño fue ideado por Serge Mansau en la década de los años setenta quien quiso dotar a este frasco de cristal el carácter de luminosidad, frescura y elegancia al continente del afamado perfume. Los surcos de cristal transparente del frasco parecen dibujar un relieve rocoso donde desciende el agua pura. La silueta de esta pieza de cristal mueve al inconsciente al frescor de la primavera y la vuelta de los días soleados que atraviesan cristaleras y ventanas aventurando la llegada de los días largos. Tan importante como el perfume, el frasco de Eau de Rochas, deja la viva sensación de pureza de una roca virgen que deja correr sus aguas por los desfiladeros abruptos de una cascada natural. Esta proeza complementa la suavidad del agua junto a la firmeza de la semblanza pétrea que tuvo de inspiración la figura de Hélène Rochas sumado a un sentimiento feminista que cautivo a muchas de las mujeres de los años setenta. El estucho ha sido también uno de los elementos distinguibles con sus tonos azules que mueven a la imagen del cielo. Este modelo de frascos recibe el nombre de “ficticios” ya que no contiene su perfume original. Son muy cotizados al ser una edición limitada de gran tamaño y debido a que fueron hechos durante el lanzamiento del perfume. En la actualidad se encuentran en distintos mercados y anticuarios que ofrecen a sus compradores un elemento bello para decorar espacios interiores y otorgarles un gusto especialmente a baños con luz natural, galerías y salones.

Eau de Rochas. Década de los 70 


Eau de Rocha ha sido el producto que ha llevado a la marca francesa Rochas a ser reconocida internacionalmente desde que en la década de los 70 sacara al mercado este producto. En aquellos años agitados al socaire de las revoluciones estudiantiles y feministas la marca francesa saco a mercado este extraordinario perfume que conmovió tanto a varones como mujeres. Este delicado perfume dejaba sentirse al frescor aromático de esencia de lima, mandarina, verbena, rosa silvestre y jazmín junto a musgo de roble y ámbar. Pasado más de media centuria desde su lanzamiento este perfume sigue siendo uno de los aromas favoritos de las mujeres razón por la que Rochas no plantea ningún cambio para su gama aromática.

Esta singular fragancia fue compuesta en 1948, poco después de terminar la guerra, pero no fue hasta la década de los 70 cuando Rochas quiso lanzarla al mercado coincidencia con el ambiente social y cultural que vivía la Rivera francesa durante aquella década influida fuertemente por los movimientos feministas. No hubo en la historia del perfume una fragancia que acogiera tanta repercusión acogida como lo tuvo Rochas transmitiendo en su fragancia la sensación de frescura, elegancia y delicadeza que cautivo a hombres y mujeres con su aroma vivaz y alegre. Quizás su secreto anide en la suave comunión de fragancias que dibujan en su aroma los matices naturales de Chipre mediterránea, la mirra o el roble mezclados con tonos flores como el jazmín, la rosa o cítricos que encantan la imaginación y nos llevan a las playas de la costa sur francesa de los años 50.

La elegancia aromática se complementa a la perfección con el diseño acanalado que sugiere la idea de pureza de Rochas siendo el recipiente idóneo para resguardar este delicioso aroma. En el momento que este perfume fue lanzado las mujeres solían portar en sus estuches y bolsos perfumes de mucho peso que seguían anclados en olores de pachulí que dejaba de su repetición indiferente. Era preciso buscar nuevas fragancias al son de los nuevos tiempos en una nueva fórmula que transmitiera aromas sensuales, femeninos, elegantes y delicados sin dejar de lado lo vibrante y la lo enigmático que esconde una mujer.Era urgente, en ese momento, crear una esencia que rescatara la feminidad y delicadeza de la mujer. De allí surge esta fórmula mágica que transmite suavidad sin dejar de lado lo vibrante y enigmáticas que podemos ser.

Esta fragancia clásica ha perdurado en el memoria visual y olfativa de generaciones que siguen recurriendo a sus perfumes en busca de ese mundo de olores que nos lleva a momentos de la infancia, a momentos guardados en nuestra memoria y a sueños imaginados en la finura y elegancia de otros tiempos.

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